Encontrar a David ha sido una de las experiencias especialmente únicas de mi vida, y a la vez fue como si desde siempre le hubiese conocido. Con una intuición extraordinaria, con mucho esmero, una dedicación absoluta, una paciencia infinita y hablándome en mi lenguaje, David me puso ante mí mismo. Me dejé caer con toda confianza y me quedé atónito al ver las puertas que siempre habían estado abiertas, y por las cuales no me había atrevido a pasar nunca. Siento que la sesión engendró un cambio profundo en mí, manifestándose continuamente desde entonces de forma más o menos sutil, pero con gran potencia, aún hoy, tanto tiempo después.